Desdrogarnos



    El Dr. Eduardo Kalina tiene un trabajo interesante acerca de la adicción, el cual se titula Desdrogarnos, basado en la clasificación de drogas blandas como el tabaco, la marihuana y el alcohol, y las drogas duras, como las restantes. Kalina tiene una definición que vale tener en cuenta, porque el adicto, no nace así, es es resultado de un hogar enfermo, pero no incurable: Madres depresivas y padres ausentes, hacen de sus hijos su propia droga. Los hijos, tratan de llamar la atención de su madre, jamás satisfecha, rotando los mismos su rol de oveja negra entre sí.  La ausencia de la figura paterna, no necesariamente debe ser física por separación o muerte, sino que puede ser una figura menor, o inestable emocionalmente, que no asume su paternidad en forma responsable y generalmente con un entorno de violencia familiar.  Podemos afirmar con tranquilidad, que no existe un adicto que no sea sensible, pero en estado de carencia afectiva se hace vulnerable y recurrente. En sí misma, la adicción es una propuesta de muerte, la que puede ser reemplazada por una propuesta de vida, cuando le encontramos un sentido trascendente a la existencia y alcanzamos la liberación del yugo que nos ata. Trabajar sobre la detección de elementos que nos inducen hacia el condicionamiento, es un arte inagotable; muy especialmente cuando observamos que la sociedad en la que vivimos, da las bases del consumismo y la dependencia. Thoreau dijo, Lo necesario, es mejor que lo superfluo.

    La dificultad que tenemos en honrar al padre y a la madre, aceptándolos tal cual son, sin retoques, nos lleva a elegir a uno de ellos en detrimento del otro, produciendo así una fractura interna, que afecta el equilibrio interior. Cuando ambos padres están en nuestro interior, integrados en las dos raíces psicológicas y biológicas que nos conforman, la sanación es un hecho posible, y nos priva de muchos dolores de cabeza. Sabiendo que la autodestrucción tiene su raíz en el personalismo, y la liberación interior, en la impersonalidad de la mansedumbre, sustentada en el arrepiéntete y anda y el Amor Divino.

    Simplemente este artículo es un pequeño aporte, para un gran problema social,  vinculado totalmente a la seguridad. La adicción en verdad, es una manera temporal de aislarnos de la realidad, por no aceptarla tal cual es. La reiteración del estímulo, induce como es sabido a la drogodependencia y a la despersonalización del individuo, porque afecta diréctamente la conciencia. En cambio, para crecer el plenitud, debemos tomar a la realidad como punto de partida,  y desde allí proyectarnos evolutivamente, hasta alcanzar el desarrollo armónico, como arquetipo de la sana convivencia social.  Sin olvidar, que la personalidad o ego, nos hace huir, negar, o convierte en víctimas de nosotros mismos y de las circunstancias, pero sólo perpetúa el conflicto. Para amar, hay que olvidarlo todo, dice Joaquín Sabina. Sin perdón, no hay sanación profunda del organismo social. 
                                                                                            Dr. Néstor Hugo Almagro
                                                                                                            MP: 3606 - DNI 04.987.153